Por qué hablar del rol de las nanas en Chile hoy

En Chile, las nanas o trabajadoras de casa particular se han convertido en un componente esencial del funcionamiento diario de miles de hogares. Por un lado, su labor facilita la vida familiar, sostiene la participación laboral femenina y contribuye al equilibrio emocional dentro de la casa. Por otro lado, a pesar de su relevancia, su trabajo ha sido históricamente invisibilizado. Esto significa que, aunque su presencia es cotidiana, no siempre se les reconoce el verdadero valor de su aporte.

En este sentido, reconocer la importancia de las nanas en Chile es reconocer un pilar social profundo. Dicho de otro modo, comprender su rol es clave para entender cómo funcionan muchas familias chilenas actualmente.

Un rol que supera la ayuda doméstica

1. Apoyo directo al desarrollo infantil

Para comenzar, las nanas suelen ser parte activa del crecimiento de los niños. Por ejemplo, ayudan con:

• rutinas diarias,

• estimulación educativa,

• regulación emocional,

• acompañamiento en tareas y actividades.

Como resultado, este vínculo influye directamente en el bienestar y la estabilidad del hogar. Además, su presencia constante ofrece seguridad, afecto y continuidad emocional en momentos en que los padres están ausentes. En otras palabras, contribuyen a la formación integral de los niños de una manera que va más allá del simple cuidado.

2. Sostén del sistema laboral chileno

Asimismo, muchas madres y padres pueden mantener sus empleos gracias al apoyo de una trabajadora de casa particular, especialmente en jornadas extendidas. De hecho, en un país donde los horarios laborales suelen ser extensos, este apoyo se vuelve indispensable. Por consiguiente, sin esta ayuda, miles de familias verían limitado su desarrollo profesional.

En contraste, en hogares sin este tipo de apoyo, la carga de trabajo doméstico recae casi exclusivamente en uno de los padres —generalmente la madre— lo que afecta directamente su empleabilidad y crecimiento laboral.

Una relación laboral llena de desafíos

Sin embargo, a pesar de su importancia, las nanas en Chile enfrentan diversos desafíos. Entre ellos se encuentran:

• informalidad,

• sueldos insuficientes,

• falta de valoración,

• desconocimiento de derechos laborales.

A raíz de esto, muchas trabajadoras se encuentran en una posición vulnerable. Y aunque existen leyes que regulan su trabajo, aún queda camino por mejorar para dignificar completamente esta labor. Posteriormente, cuando las condiciones mejoran, también mejora la calidad del cuidado entregado, creando un círculo virtuoso para las familias y la sociedad.

En resumen, la brecha entre la normativa y la realidad sigue siendo un obstáculo importante.

El valor humano detrás del trabajo doméstico

Más allá de lo laboral, el rol de la nana en Chile no es solo operativo: tiene un valor emocional fundamental. Acompañan procesos familiares importantes, generan apego con los niños, sostienen la rutina del hogar y crean un ambiente seguro para todos sus miembros. Del mismo modo, muchas veces aportan estabilidad en momentos críticos, como cambios escolares, nacimientos o separaciones familiares.

Por todo esto, su impacto es profundo y muchas veces irreemplazable. En otras palabras, forman parte de la memoria emocional de la familia, especialmente de los niños.

Hacia una mayor dignificación del trabajo de las nanas en Chile

Para avanzar en esta dirección, es necesario:

• formalizar empleos,

• pagar sueldos justos,

• promover la educación sobre derechos,

• aumentar el respeto y reconocimiento social,

• valorar su aporte a la economía y al bienestar de las familias.

Por lo tanto, dignificar su labor no solo beneficia a las trabajadoras, sino también a las familias que dependen de ellas. Igualmente, contribuye a un país más equitativo en términos de género y de distribución del trabajo doméstico. En este punto, es fundamental que empleadores e instituciones se comprometan con prácticas responsables.

Conclusión: un pilar que merece mayor reconocimiento

Las nanas en Chile sostienen emocional y laboralmente a miles de familias. En definitiva, reconocer su importancia significa construir un país más justo, donde el trabajo doméstico remunerado deje de ser invisible y reciba la atención que merece. Dicho de otra manera, valorar su rol es un paso hacia una sociedad más humana, empática y equilibrada.